Crónica de hierro (by Raúl)

El domingo 8 de julio ha sido un gran día para la familia de ProAm. Día en que César y Raúl partieron hacia los ironman de Vitoria y Frankfurt.

Ambos han compartido sus crónicas y empezamos compartiendo la de Raúl y en breve la de César.. no te las puedes perder, ambas son atrapantes de inicio a fin!!!. Ahí vamos:

Emocionante tu crónica Raúl - finisher en el IRONMAN de Frakfurt 2018.

Muchas gracias Raúl por compartir con nosotros tu historia! Eres un campeón, eres un IRONMAN!!! 💪🏽💪🏽💪🏽

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Domingo 8 de Julio, 3.50 am de la madrugada. Suena el despertador y apenas he dormido….el gran día ha llegado. 10 meses de entreno con frío y lluvia, madrugones, trasnochadas…todas las horas que no he estado en casa y en las que María ha preguntado “por su papi” y en las que al final decía “¿se ha ido con la bici?”….

Me visto y bajo al comedor del hotel. Soy casi el primero en llegar. La verdad es que no me apetece comer nada pero sé que el día será largo y hay que hacer un esfuerzo porque las energías irán justitas al final de la jornada.

Bocadillo de pavo, huevos revueltos, zumo, cereales…..Miro por la ventana y aún es de noche pero ya se ven triatletas yendo hacia el punto de partida de los autobuses, que nos llevarán hasta el lago Langener Waldsee.

Subo a la habitación, recojo la bolsa blanca y me aseguro una vez más de que no me olvido nada. Sandra se ha despertado y me despido con un beso. Me susurra al oído “hoy es tu gran día, lo vas a conseguir papi. Te quiero!” María duerme plácidamente, ajena a lo que se avecina este Domingo.

La cola del bus es un tutti-frutti de nacionalidades, edades y personajes variopintos que esperamos pacientemente nuestro transporte. El trayecto es tranquilo pero tenso, a sabiendas de que estamos a menos de una hora de empezar nuestro gran reto.

Llegada al lago y revisión de material. La bici en su sitio, busco una bomba para hinchar las ruedas. Ya las dejé flojas adrede…cuenta la leyenda que por la noche explotan ruedas si se dejan muy hinchadas, al haber una bajada de temperatura y una diferencia de presión importante. Cargo de barritas, sales y bocatas mi bolsa de comida y el cuadro de mi Massi Team. He convertido mi flaca en un tenderete de comida ambulante….

Vaselina a full, y neopreno enfundado. Cierran el área de transición. Necesito entrar al lago antes de empezar para quitarme los nervios….El agua muy caliente. Me entero que nos hemos librado por apenas medio grado de nadar sin neopreno (eso hubiera sido un drama, para mi y para otros cuantos).

Momento surrealista. Antes de la salida suena el himno alemán. Todo el mundo callado y quieto solemnemente. Da hasta un poco de miedo…..Y antes de darme cuenta ha sonado el cañonazo de salida y los pros ya están nadando. Frodeno ha salido como una bala…..

La salida es Rolling-start y como siempre soy prudente me pongo en el grupo de 1 hora 20 – 1 hora 30. Justo antes de tirarme al agua, veo a Enrique!!!! Que subidón ¡!! Ha venido hasta el lago, cámara en mano para inmortalizar el momento. Me fundo en un abrazo con él. No os imagináis la ilusión que hace ver una cara amiga antes de empezar.

Y ya estoy nadando. Las palabras de Vercho resuenan en mi interior una y otra vez ….”tranquilo, nada estirando bien la brazada, no hay prisa….”. Creo que voy demasiado rápido porque en seguida empiezo a adelantar a gente, y de hecho, me paso gran parte de este sector adelantando a triatletas. Luego me daría cuenta de que debería haber sido más ambicioso y salir en un grupo más rápido.

Salida a la australiana y vuelta al agua. Llevo 28 minutos, y las sensaciones buenísimas. Pienso que puedo apretar un poco más aunque queda mucho por delante, muchísimo.

Una hora y diez minutos después salgo del agua. Muy contento. Un poco mareado pero contento. La transición es larguísima. Empiezo corriendo pero acabo andando. Me saco el neopreno como puedo pero se me engancha el chip y hay que deshacer el entuerto. Subir perneras del neopreno, quitar chip, sacar neopreno.

Recojo mi bici y ya estoy saliendo por la carretera! Pastilla de sal, agua y a los diez minutos un cuarto de barrita. Al principio vuelas, veo en el Garmin por encima de 30 km/h y pienso que esa tendría que ser la media, pero en el km 20 empiezo a tener una sensación rara. El estómago empieza a dolerme y no puedo ni incorporarme. Tengo pinchazos fuertes y empiezo a encontrarme mal. Las piernas no tiran. Decenas de triatletas me pasan como cohetes y no veo que mejore mi estado físico. En el primer avituallamiento me paro para ir al lavabo pero nada. Después de 5 minutos me subo otra vez y sigo igual. Además intento seguir comiendo y bebiendo para no tener una pájara que me obligue a abandonar.

Pasan los kms sin mejora. Los pensamientos negativos me invaden y cada vez voy más lento. “¿Por qué me tiene que pasar esto hoy? Tantos meses de entreno y no voy a acabar!” Me pongo a llorar porque estoy desesperado y creo que me voy a parar. Entonces pienso en María, en Sandra, en mi familia y amigos, en Rafa y Vercho, en los compañeros del club, y me digo a mi mismo que no puedo decepcionarlas así, que seguro que al cabo de unos kms más estoy mejor…Llevo dos horas y media de bici. Encima sopla un viento fuerte y hace que me cueste mucho más pedalear. En nuestro plan de nutrición estaba comerme un bocadillo de pan de molde y virutas de jamón serrano. Lo llevo envuelto en plástico, pegado en el cuadro de la bici. Lo consigo desenvolver y me lo como. Paro por cuarta vez en el siguiente avituallamiento y finalmente consigo “evacuar” parte de mis malas sensaciones. Empiezo a ir mejor y mi moral sube como la espuma. Miro el reloj y vuelvo a hacer cálculos. Se me ha ido más de una hora respecto a lo que pensaba hacer y aún me quedan 90km de bici y la maratón. Entonces abandono la idea de un tiempo objetivo y sólo pienso en llegar a meta y ser Finisher. Ya da igual el sub12. Firmo 14 horas si al final lo consigo….

Ya llevo 6 horas de bici y no se ni como sentarme en ella. Mi ritmo ha mejorado pero no me encuentro fuerte así que intento pensar en acabar este sector y ponerme a correr….o andar…o reptar….

Llegar a Frankfurt a la T2 es un subidón. La gente grita y anima. Que ambientazo!!!! Son las 15:30 y el calor es insoportable, así que sigo un estricto plan de hidratación, sales, geles…..En cada avituallamiento me paro y me lo tomo con calma. Los primeros 10K pasan rápido pero hace mucho calor, y cuando me dan la primera pulsera pienso “aún me quedan 3 vueltas, 30 kms….” Cambio el chip y voy vuelta a vuelta. Sandra y María me esperan puntualmente en los sitios acordados. Cuando las veo, me paro y me abrazo, las beso, intercambiamos palabras de ánimo….Cada vez cuesta más correr. Qué calor. Sin embargo estoy pasando a mucha gente, y eso me da ánimos. No voy bien, pero otros van peor….Igual no voy tan mal ¡!!

Los avituallamientos se convierten en oasis en mitad del desierto. Me tomo todo lo que me dan. Las esponjas de agua fría se derriten al escurrirlas sobre mi cabeza.

Y ya van 12 horas de competición. Impensable que pudiera llegar aquí hace un “rato” cuando estaba en la bici. Lo peor ya ha pasado. Ahora, en la última vuelta, solo quiero descontar Kms hasta la línea de meta. Llevo cuatro pulseras. Sandra, María y Enrique ya me esperan en meta.

Cojo el desvío hacia la pasarela, la alfombra roja……Ahora ya no hay ni dolor ni sufrimiento. Sólo un sentimiento de euforia y felicidad porque ves que este proyecto va a llegar a buen puerto. Con peor tiempo del que me auto exigí hace unos meses, pero dando gracias de poder acabar.

“Papiiiiii ¡!!!” un grito de Sandra que está ahí, justo antes de las gradas….Nos abrazamos, me pongo a llorar….si es que soy un blando…jajajajjaa. Un beso y una frase “es tu momento cari disfrútalo!!!! Vas a ser ironman!!!”

Avanzo por la alfombra y me pongo a andar. No quiero que este momento pase rápido…Me veo en la pantalla gigante. Esto es la hostia!!!! El speaker grita mi nombre ¡!!! La gente gritando en las gradas…me acerco al speaker y le pregunto…” and now….whaaaat?????” …chocamos las manos y lo dice, lo que llevaba esperando toda una vida…..”Raúl, YOU ARE AN IRONMAN ¡!!!” Me llevo las manos a la cara y reparto besos a la grada (momento friki, lo se) grito y vuelvo a gritar, levanto los brazos y finalmente cruzo la meta. Me ponen la medalla y me felicitan….Reposo mis manos en las rodillas y no puedo contener las lágrimas, una vez más….Me acuerdo de mi padre, de su espíritu luchador y su constante afán de superación, que de algún modo nos dejó como legado póstumo y que me ha hecho llegar hasta aquí.

Lo que pasó después, en la celebración, ya me lo guardo para mis más íntimos recuerdos!!!

Ha sido un año perfecto. La familia de PROAM me ha ayudado a cumplir un sueño. Horas de entreno compartidas con unos compañeros maravillosos. De todos ellos también es parte de esa medalla de finisher. Rafa, Vercho, gracias. Habéis sacado lo mejor de mí.

Mis amigos cercanos, que me han animado todos estos meses….David, Jordi, Enrique, Juanqui, Edu, Luis, Joselu….sin ellos tampoco lo habría logrado.

Mi madre, sufridora como ninguna, me decía….”esto es una locura! Pero como vas a aguantar todo eso?”. Seguro que el día de la competición me puso una vela y rezó a su virgen de Ribagorda. Igual también me echó un cable en los peores momentos….nunca se sabrá.

Y lo más importante, Sandra y María, que han sabido entender lo que esto significaba para mi lograr ser IRONMAN y me han apoyado incondicionalmente. Vosotras sois las verdaderas heroínas de la historia, mis IRONGIRLS.

Raúl

 

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